En 1979, Sony empezó a acuñar el término «walkman» para definir cualquier dispositivo portátil de reproducción de música. Esto fue posible gracias al trabajo de Masaru Ibuka y Akio Morita, que idearon el concepto original y lo lanzaron al mercado con un precio de US$200. El casete, un formato que empezó a funcionar ya por los años ’60 de la mano de Philips, se popularizó en los ’70 como alternativa al vinilo y revolucionó la manera de escuchar música en los ’80, convirtiéndose en un icono de esta década. Era una época en la que la SGAE no se preocupaba ni de los casetes regrabables ni de las «doble-pletina» ni del celo que poníamos para reutilizarlos.
El pasado día 25 la marca japonesa Sonyanunció el cese de producción del walkman en Japón, país que lo vio nacer.
No nos pongamos tristes, digamos que el adolescente que ahora ya no lo es, acaba de deshacerse de sus viejas y trotadas zapatillas para calzarse unas nuevas, más acordes a su momento. Sony lo lleva haciéndolo 31 años, y el termino «walkman», esa palabra que revolucionó nuestras vidas, sigue estando presente en sus móviles y reproductores de cd y mp3.
El concepto sigue evolucionando con la tecnología.
En la foto del post: Sony TPS-L2, el primer walkman del mercado